Mi Primera Experiencia Holotrópica

Siempre recordaré mi Primera Vez. Mi Primera Vez Respirando, mi primer contacto con la Holotrópica…, fue en mayúsculas, en Barcelona, hace ya ahora unos 15 años. Y, a mi, me cambió para siempre. Luego vinieron muchas otras cosas, increíbles y maravillosas también, pero la Respiración Holotrópica fue mi bautizo de fuego en el mundo de lo Transpersonal y se llevó la palma desde el principio.

Recuerdo entrar en la sala algo asustada -ahora reconozco bien en los respiradores noveles esa sensación de “miedito” la primera vez que vienen a Respirar- y ser cálidamente acogida por Francesc y Magda, los primeros Facilitadores de mi Vida…, ¡poca broma!, ¡que esa entrada se recuerda siempre!

Cuando cierro los ojos, todavía puedo ver al grupo -pequeño, 5 o 6 personas- participando en las dinámicas preparatorias previas, especialmente diseñadas para acompañar a los respiradores en el proceso capital de tumbarse en el colchón. También recuerdo ese momento, antes de respirar: el de hacerme la cama…, quitarme collares y anillos, y hasta el de tener que salir de repente de entre las sábanas por haber olvidado coger el agua y el antifaz, todavía en el fondo de mi mochila… ¡Ay los nervios!

¡Y el abrazo que Francesc y Magda vinieron a darme en el último momento!, antes incluso de la relajación que inicia oficialmente el proceso de 3 horas de Respiración en la colchoneta…, me supo a gloria.

Y empezó la Relajación.

Y le siguieron las palabras que inician siempre la sesión: “Respiradores: vamos a empezar a respirar, más profundo y más rápido…, Más Profundo y Más Rápido…, MÁS PROFUNDO Y MÁS RÁPIDO…

Y, así, profunda y rápidamente…, respirando…, fundida hasta mi última célula con la música tribal a todo volumen que saturaba la sala entera, en algún momento desaparecí. Me resbalé por entre los bordes desdibujados que separan el Consciente del Inconsciente, ¡por ahí… !, me deslicé en la grieta recién abierta del famoso Velo de Isis…, y me caí de bruces en el plenísimo vacío de Mi Otra Yo… Las restantes 3 horas forman parte de mi historia, y son poco compartibles… Sí diré, que lo que Vi y Oí me mostró un atajo en mi camino de Crecimiento Personal, que nunca hubiera podido encontrar de otra forma, que marcó un antes y un después brutal en mi proceso, y que nunca, nunca, nunca  olvidaré.

Carme Monegal

Cuando nuestros alumnos nos preguntan siempre, con algo de “miedito” “Qué verán, qué sentirán, si hacen una sesión de Respiración Holotrópica”, siempre les contamos lo mismo: vas a darte un paseíto por tu Casa. ¿La conoces?, ¿conoces tu Casa? ¿Sabes quién eres, más allá y más acá de tu piel?

Porque, en nuestro estado ordinario de consciencia, nos identificamos solamente con una pequeña fracción de quien realmente somos. En los estados holotrópicos, trascendemos el llamado el “Velo del Olvido”, esa estrecha barrera entre nuestra maravillosa pero pequeña consciencia, cognitiva y egoica y ese vasto espacio inconsciente enorme, atiborrado de experiencias transpersonales que nos ayudarán a recuperar nuestra completa identidad.

¿Con qué fin? El mismo que ya afirmara en su tiempo Karl Gustav Jung, en esa frase para la historia:

 Mientras no hagas consciente tu Inconsciente,

tu Inconsciente determinará Tu Vida

y tú le llamarás Destino