La madrugada del pasado sábado, la peor cara de la Muerte se nos instaló en casa
Oct 16, 2023De verdad, las cosas no me afectan como antes. Y me parece un avance importante de mi parte… Lo mío me costó. Con el tiempo entendí que, si de 100 lágrimas que todavía me quedan por llorar, vierto 101…, termino escurriéndome por dentro, marchitándome, secándome… porque -si no me pongo firme- lo que ocurre fuera empieza a llevarse lo que ya no tengo dentro, y eso me roba Vida, me mata… Y morir, no quiero.
Pero la madrugada del pasado sábado, la peor cara de la Muerte se nos instaló en casa. Humo, llamas, disparos, balazos silbando por encima de jóvenes cabezas cuyos cuerpos huían despavoridos hacia ningún lugar para evitar la masacre. Cuerpos amontonados en las calles y carreteras repletas de cadáveres, a sangre fría, a lo bestia, a cientos. A Tiros.
Quién será ahora el valiente a quien no le llore el Alma…, que no sienta ese atisbo de empatía escuchando de lejos los llantos aterradores de las madres llevando a cuestas a sus hijos muertos.
Y, con absoluta sinceridad… ¿A quién no le ganará el corazón el bando de los buenos?
Porque.., matar -diríamos seguramente muchos seres humanos- está Muuuy Mal. Pero matar desde el bando de los buenos, cuando es absolutamente necesario, es lícito -añadiríamos-, como si matar desde ese podium de buenas voluntades, se acompañara de una especie de bula o permiso especial.
¿Quién decide, entonces, quienes son los buenos y quien los malos? ¿Desde dónde se decide eso? ¿Bajo qué criterios? ¿Morales? ¿Éticos? ¿Desde dentro? ¿Desde fuera?
Desde lueguísimo que no voy a entrar para nada en ese tema en un mail, necesitamos mucha piel, mucha mirada, mucho conocimiento y muchísimo Amor para tratarlo (y justo a eso nos dedicamos en todas nuestras formaciones). Pero vaya por delante que ESE TEMA es EL TEMA: el de los buenos contra los malos desde el principio de los tiempos.
Y es que todas las tradiciones ancestrales lo repiten a través de diferentes avatares, desde hace miles de años: todos los Seres Humanos, todos sin excepción, somos Luz… Y, aunque mientras estamos vivos en el planeta, ciertamente nos empeñamos por todos los medios en apagarla, matando y muriendo a puñal, figurada y literalmente, la llama nunca se extingue.
¿Os apetece saber cuándo recuperamos los humanos el anhelo de Paz? Cuando morimos.
¿Dónde? En el mundo de los Muertos.
¿Y cómo puede sernos posible contemplarlo? A través de las Constelaciones Familiares…, que nos regalan las más bellas imágenes de ese Espacio escondido en lo más recóndito de nuestro inconsciente, y todos los bellos encuentros retrasados entre hermanos, que en Vida no se pudieron dar.
Vamos a ofreceros un ejemplo de esta dinámica, a la que Bert Hellinger se refirió, en el taller que ofreció en Buenos Aires, en abril de 2001.1
El año pasado estuve en Israel para un taller de Constelaciones Familiares.
Una mujer contó que su padre había sido asesinado por un árabe. Entonces configuramos a tan sólo dos personas: al padre de esa cliente, es decir, un israelí, y a su asesino, cuyo representante era también israelí.
Estaban uno frente a otro. El asesino tenía grandes dificultades para mirar a los ojos a su víctima. Primero se retiró moviendo el puño y después, poco a poco, empezó a mirar al otro.
De repente, entre ellos dos empezó a surgir un amor muy profundo. El representante de la víctima extendió su brazo y el otro, intensamente dolido, empezó a acercarse a él. Finalmente se abrazaron durante mucho tiempo, muy entrañablemente.
Después, el representante de la víctima se dejó caer al suelo, se echó de espaldas y el representante del árabe se tendió a su lado y, así, finalmente, quedaron en paz.
Todo transcurrió sin ninguna intervención de parte del terapeuta. Se desarrolló por sí solo en el Alma de los representantes.
En los movimientos del Alma,
aquello que estaba separado siempre vuelve a unirse de nuevo.
¿De verdad? ¿Será que hay que morirse para aprender a vivir en Paz?
Pues aunque parezca una broma del destino, eso es precisamente lo que los grandes sabios cuentan que ocurre…, que vamos y venimos dando tumbos en esa imparable Rueda de la Vida, hasta que los humanos recordamos que Vivir en Paz no es una opción.
Claro que lo de trabajar en tiempo de game over no me parece a mi la mejor idea. A mi, me atrae mucho más el deseo de mantener mi Vida con Vida, mientras este juego de 3a Dimensión está todavía en modo On.
1 A lo largo del tiempo, constelando, Bert Hellinger fue desarrollando el método y alcanzando dimensiones cada vez más profundas del alma humana, hasta llegar a un grado de interiorización tal -muy especialmente en el abordaje de casos sobre asesinatos o de crímenes de guerra con bandos enfrentados en lucha sangrienta- que permitió hacer muchos y maravillosos descubrimientos sobre nuestra Esencia.
A través de representantes de las víctimas y de los perpetradores, Hellinger configuraba su Constelación y pedía a los representantes que se centraran en sus percepciones, sentimientos e impulsos sin seguirlos inmediatamente; tras esa breve espera, los participantes de la Constelación podían entregarse a sus movimientos, siempre en silencio y plenamente centrados.
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