Érase una vez..., Pau Casals en Puerto Rico
Sep 28, 2023🇵🇷 La última vez que estuve en San Juan, en Puerto Rico -poco antes de dedicarnos de lleno al taller DESPERTAR, gracias al cual volvíamos de nuevo a ese maravilloso país y a sus gentes-, Francisca Ortiz, amiga del Alma y muchísimo más que un magnífico Cicerone donde los haya, nos señaló con el índice a lo lejos, mostrándonos desde el coche el Cementerio Puerto Rico Memorial que la ciudad levantó en Isla Verde, a orillas del Atlántico.
🎻 Y es que poco antes de nuestro viaje, yo había pasado un fin de semana en el Vendrell, provincia de Tarragona, siguiendo la ruta de uno de nuestros más influyentes músicos del siglo XX: Pau Casals -violonchelista, director de orquesta, compositor, humanista y muy especialmente reconocido por su activismo en defensa de la democracia, la libertad y los derechos humanos-, nacido justamente en ese pueblo, tan cerquita de mi Casa, pero enterrado, en cambio, en tierra boricua, a un océano de distancia de su Tierra Natal.
¿Y cómo, eso?
🔎 Lo de las dudas no va conmigo. Para lo bueno y para lo malo..., así que tiré nuevamente del hilo. No fue difícil seguirle la pista a un hombre que, desde muy joven, aprendió a ponerse la música por montera para llevar sus acordes no sólo a cuerpos y a cabezas, sino mucho más allá de sus corazones. Porque eso hizo Casals, usar sus melodías de lanzadera para contribuir a conseguir un Mundo Mejor... Mereció, por supuesto que sí, las prestigiosas condecoraciones que le fueron otorgadas: la Medalla de la Paz de la ONU y su famosa nominación al Premio Nobel de la Paz.
Pero...
🤔 ¿Enterrado en San Juan de Puerto Rico? De padre catalán, de prestigio internacional...
¿Enterrado a medio planeta de distancia?
¿Qué pasó ahí?
🔎 Sigo investigando... ¡Ah, claro! Su mamá era hija de una familia de catalanes indianos en Puerto Rico ¡Algo tenía que haber...! En las catacumbas del Alma..., Mamá de nuevo.
🌊 ¡Bah!... Pero ¡qué mamá! A saber, Pilar Defilló Amiguet, música puertorriqueña, madre de Pau y de 10 hijos más, según cuentan los muchos documentos escritos que relatan su Vida -ya afincada en el Vendrell después de casarse con Carles Casals-, solía zarandear la imaginación del niño, contándole historias de su niñez y adolescencia en un lugar muy, muy lejano y exótico. Su mamá le contaba a Pau sobre un rincón de ensueño en ultramar, cerca de un puerto donde sus ancestros catalanes se habían afincado con el tiempo, donde el océano, obediente al compás del viento, guardaba al puerto sus secretos, mientras los atardeceres teñían de fuego el azul del cielo, bajo el que ella misma se había criado, en un remoto lugar de las antillas, en Mayagüez.
Ese hijo que se haría internacionalmente famoso, nunca olvidó las historias de su madre. Y, aunque ella jamás volvió a Mayagüez, su hijo volvería por ella... como una vez le prometió. Convertido en todo un icono de la música del siglo XX, Pau Casals conoció Puerto Rico en 1955 y regresó al año siguiente para quedarse. Y para morir.
Mamá...
Una madre por naturaleza es cosa sublime, pero a mi madre hay que ponerla en un plano aparte. No es lo mismo ser una buena madre que una madre excepcional por el carácter y personalidad propia. Yo no he conocido a ninguna mujer y he conocido a muchas madres en mi vida, como ella.
Cada palabra que ella decía tenía un sentido profundo, por su inteligencia, por su intuición, por naturaleza. Sabía de todo; de música, de medicina, arquitectura, de agricultura, no solamente porque había estudiado, sino, y sobre todo porque comprendía. Quizás lo más admirable era su altísimo fundamento moral. Vivía mucho más avanzada que su época, además, era tan noble y tan hermosa...
Pau Casals
Casals es fruto de su madre, y no me refiero al hecho biológico estrictamente -diría en su momento el destacado historiador Josep María Figueres- La gran influencia de su madre convirtió al músico en el genio que es.
Bert Hellinger hubiera asentido con la cabeza. Acostumbraba a hacerlo, en sus talleres atiborrados de alumnos, mientras repetía con firmeza:
Si tienes a tu madre bien integrada en ti, ¡brillarás!
Cuando vuelva a Puerto Rico, voy a ir a Mayagüez. La de la memoria de Pilar y la fantasía de Pau en tierras caribeñas, En una suerte de homenaje a todas las mamás que yacen escondidas tras los sueños -a veces truncados, a veces cumplidos- de sus amados hijos, a lo largo de sus Vidas.[1]
Porque entre madres anda el juego, no lo dudes.
[1] Advertiré, por si acaso, que finalmente los restos del maestro yacen sepultados en su Vendrell natal de nuevo.
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