1 de Enero de 2024

La otra mañana, a 31 diciembre 2023, a las 8.00 h, una felicitación masiva llegó a mi whats…, y me dejó tiritando:

 Año nuevo, vida nueva. Pasado, pisado;

Lo bueno, guardado; lo malo, aplastado.

Y es que en el fragor de este alborozo desmedido entre epifanías, finales, inicios y otros festejos, la pinza puede írsenos fácilmente para terminar presagiando ajados augurios sin demasiado sentido. Y no. Chicos, ¡que no…!, que no era por aquí, ¡que era por El Otro Lado! Vayan por delante mis buenas intenciones de no mandarlo todo al traste desde el inicio. Veamos cuántos pulpos podemos aceptar. 

👉🏼 Pasado, pisado…

Vale, lo daremos por bueno presuponiendo que pisar el pasado equivale, en la mente del autor de tan brillante comienzo, a poner bien los pies en la tierra, para hacerse cargo de lo ocurrido en tiempo retrógrado. Ok, ni tan mal. A ver lo que sigue…

👉🏼 Lo bueno, guardado…

Como que me chirría, ¡lo bueno se comparte! Me viene a la cabeza Santo Tomás de Aquino cuando decía cuán más hermoso es iluminar que simplemente brillar, transmitir lo contemplado que sólo contemplar... Esta mirada me parece más humana, más honesta, más conectada a la Esencia de Quienes Somos en realidad… 

Qué ocurrió, en lo profundo, para que se nos haya instalado en casa esta epidemia de ensimismamiento egocéntrico que padecemos hoy los humanos: mi, yo, conmigo… ¿Y ya está? Porque ese Otro Lado al que aludíamos al principio, también parte de Mi, por supuesto, pero apuntando de forma exclusiva hacia el Otro. Sin Mí, el Otro no existe. Sin el Otro, no existo Yo. Y es que, en esta 3a Dimensión, ambos construimos nuestra identidad en función de cómo gestionamos -o no- lo que nos ocurre cuando, siguiendo la energía de Atracción hacia mi Opuesto, finalmente nos Encontramos. Por acá, no vamos bien… ¿Preparados para la última frase?

👉🏼 Lo malo, aplastado… 

¡Ay Dios, aquí sí que perdimos pie! No hay alienación mental transitoria que nos sirva de coartada: ni navidades ni años nuevos ni reyes ni San Pedro que bajara del Cielo! No hay por donde cogerlo… Aplastar el mal no solo no lo anula, sino que lo fortalece. No lo cancela, lo reactiva. ¿Qué hago ahora? El recorrido de este mail está terminando, y dedicarme a este melón recién abierto me llevará más tiempo y espacio de los que puedo disponer.

Ya sé… Voy a preguntarle al I Ching. Lanzo 6 veces mis 3 monedas y confecciono mi hexagrama.…

PREGUNTA: 

¿Qué necesito contar sobre aplastar el mal, en el contexto desde el que estoy escribiendo, en mi mail de hoy a la Comunidad TÀLEM?

RESPUESTA:
Hexagrama 40. La Liberación, sin mutaciones.

El I Ching siempre me sorprende. Y a través del texto original de Wilhelm, un -aunque previsto- repentino asombro me embarga de nuevo…

El hexagrama de La Liberación, en términos generales (cuando sale sin mutaciones), nos habla acerca de cómo ser liberados de esos obstáculos que provocan en nosotros la falsa sensación de que las cosas van mal. Y el caso es que ocurre justamente lo contrario.

¡Todo lo que Viene Conviene!

Las dificultades llegan para ayudarnos a salir de ese algo “mucho más gordo que ellas mismas” que las originó con anterioridad.

Podemos escapar, o intentarlo, de peligros anteriores. Podemos fantasear con la idea de aplastar el mal, alardeando de una virilidad yang, muy propia por cierto de mentes inteligentes aventajadas. Y hasta podemos tener pequeñas victorias imaginando burlar al Destino…, pero semejante desgaste energético va a terminar siendo solamente una fuga -dice el I Ching en su Hexagrama 40.

Sólo hay un antídoto eficaz contra esta exacerbada habilidad masculina de aplastar lo que uno cree que no sirve. Y nos lo recuerda el Oráculo más antiguo del Mundo desde La Liberación: los obstáculos sólo pueden ser franqueados desatando los nudos que constriñen el Alma, sin detenernos, generando un cambio de actitud: gestionando resentimientos, perdonando errores, eliminando prejuicios, marginando intenciones pasadas…

Basta ya de aplastar lo malo, porque nunca sale a cuenta…, esa es la vía fácil, la barata. La próxima vez, opta por el esfuerzo…, quizás comprarás un poco más caro, pero  ¡te sorprenderán los resultados! Créelo.

Y añade el Hexagrama de la Liberación, ya llegando al final, como si no supiera que lancé mis monedas el 31 de diciembre: 

Este es un signo de Muerte y Renacimiento, un tiempo lleno de cosas grandes y propicio para activar el Despertar Interior, para liberar la energía bloqueada y recomenzar de nuevo. 

Este hexagrama es un signo de Renovación y Reinicios…

Qué acertado todo, ¿Verdad? Es lo que tiene el Cielo: nunca se equivoca. 

Para Ti, para el  Otro, para Todos:

 

¡Felices Fiestas y

Mejor Año Nuevo 2024!